La flor de Gaudí
Hostel es una manera diferente de alojarse en Barcelona. La esencia del hostel
es la casa en el número 5 de la calle Molist. No se trata de una casa
cualquiera, sino que entre sus paredes han vivido varias familias y seguro que
alberga además muchas historias.
La casa se
construye en el 1925 aprovechando los muros de los jardines del Cottolengo de
Barcelona (histórico sanatorio mental), como la mayoría de las casas de la
zona. De hecho, las paredes limitantes de la casa son de roca madre y aún se
conservan de aquella época.
Decimos que tiene
historia porque en la época en que se construye por estas calles corría el
mismísimo Antoni Gaudí, que durante esos años vivía en el Parc Güell. La casa sobrevive a la Guerra Civil y, posteriormente, sus cuatro plantas
fueron habitadas por varias familias. Los vecinos nos hablan de una mujer
soltera en el piso del fondo, una familia en el ático, un pintor y su taller en el subterráneo, de los niños de otro piso correteando cuesta arriba, un lavadero en el patio…
Toda aquella vida se fue apagando durante los ochenta: los niños crecen y se
van, la mujer soltera se vuelve al pueblo y el resto se van haciendo mayores. La
casa se vacía.
A principios de
los noventa la casa vive una transformación del mismo nivel que el cambio que
experimentó Barcelona para las Olimpiadas, cuando es adquirida por una empresa
y pasa a ser un lugar de oficinas y reuniones. Pero no es hasta el 2002 que se
vuelve a llenar de vida y lo hace de la mano de la música. Esta casa alojó a
los triunfitos que participaron en la
primera edición del programa televisivo. Se cuenta de esos días que el barrio
vivía sumido en el caos, con cantidades de gente curioseando e incluso
acampando delante del número 5 de la calle Molist.
Ahora llegamos
nosotros a volver a llenar de vida esta increíble casa. Y con esta aventura que
empieza, nuestra pregunta ahora es, cuantas historias más vivirá la casa de la
mano del hostel La flor de Gaudí?